El gas
de esquisto, también conocido como gas de lutita o gas
pizarra (en inglés: shale gas y en francés: gaz de schiste), es un hidrocarburo en estado gaseoso que se encuentra en la
formaciones rocosas sedimentarias de grano muy fino. Este tipo de gas natural
se extrae de zonas profundas en terrenos donde abunda el esquisto, rocas de lutitas o argilitas ricas en materia orgánica. El interior rocoso
del esquisto presenta baja permeabilidad, lo que impide su
ascenso a la superficie Por ende, para la extracción comercial de dicho gas, es
necesario fracturar la roca hidráulicamente.
El gas de esquisto a nivel mundial
Estados Unidos
está viviendo una de las mayores revoluciones de la producción de los últimos
30 años, y todo esto gracias al Shale Gas. La producción del Shale
Gas se ha incrementado drásticamente en estos años y el petróleo de
esquistos crece cada vez a un mayor ritmo.
La extracción
del Shale Gas es más costosa que la del gas natural, por ejemplo, ya que
se tiene que extraer de las estructuras geológicas en las que está
atrapado y por lo tanto, es más costoso.
Sin
embargo, a medida que se avanza en tecnología, los precios de extracción del
Shale Gas van disminuyendo. Se han realizado recientes avances respecto a la
perforación horizontal e hidráulica de las estructuras geológicas, haciendo
cada vez más viable comercialmente extraer el Shale Gas atrapado en las capas
de roca sedimentaria.
El gas
de esquisto abunda en países que no son exportadores de crudo o gas
tradicional, entre los que se encuentran Francia y Chile. Y, gracias a una
mayor oferta de gas, los precios de ese hidrocarburo podrían disminuir
considerablemente.
Método
de extracción
Algunos
depósitos de esquisto contienen reservas de gas natural que no pueden ser
explotadas utilizando métodos convencionales. El fracturamiento
hidráulico consiste en la perforación vertical de un pozo profundo
hasta el yacimiento y luego girar la perforación en forma horizontal dentro del depósito.
Por allí se inyecta arena, agua y químicos en la capa rocosa, creando grietas
que permiten que el gas se filtre hacia el exterior. Estas grietas pueden
extenderse hasta unos pocos cientos de metros en la roca desde el
pozo de inyección. La hidrofracturación
es la propagación de las fracturas en una roca o la producción de nuevas fracturas mediante la inyección de un líquido
a presión.
Impacto
ambiental
Los
problemas asociados al fracturamiento hidráulico han sido objeto de gran
preocupación en Estados Unidos. En Norteamérica es donde la
explotación del gas de esquisto se ha llevado a cabo más intensamente y donde
las experiencias han generado conocimiento acerca de los impactos ambientales.
En consecuencia, la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA)
anunció, en marzo de 2010, que llevaría a cabo un estudio para
investigar los riesgos para la salud humana y el medio ambiente, particularmente
en relación a la calidad del agua. Además, los impactos debidos al movimiento
de vehículos, el consumo de agua, el ruido y la alteración del paisaje también necesitan
ser considerados como parte de una evaluación holística.
El balance de la extracción
del gas de esquisto está llamado a un debate ecológico y medioambiental, pues a
esta industria se le acusa de destruir fuentes de agua dulce tanto exteriores como subterráneas.
También se le critica por
aumentar la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero,
principalmente de dióxido de carbono. Geológica-mente a la extracción de este tipo de gas, se le acusa de ser
responsable de al menos dos temblores de tierra en Gran Bretaña y otro en Arkansas.
En Quebec,
un reciente estudio demostró que los yacimientos de extracción sufren de
fuertes emanaciones de gas, lo que despertó un fuerte rechazo de la población
local hacia esta industria
En el siguiente Vídeo se podrá observar la técnica empleada para la explotación de el Gas de Esquisto
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